“¿Qué? ¿Comó no lo cachai?”, bromea Stefan Kramer, quien de forma inusual fue el maestro de ceremonia de la gran noche de Pedropiedra en el Teatro Coliseo. Y más allá de la broma, el comediante supo identificar aquello que le pasa a muchos cuando se encuentran con la música de este ciudadano de 46 años.
Con más de 17 años de carrera solista, y poco más de dos décadas de vida de músico, Pedropiedra es de esos músicos que todos parecen conocer, aunque en apariencia no es masivo. Quienes saben poco de su existencia, se quedan con un par de hits. Quienes ya lo tienen en su playlist, saben que tiene fácil 10 temazos que no pueden faltar en sus shows.
Con esos antecedentes, que han tomado mayor peso con los años, llegó al show más importante hasta ahora. Fue una celebración personal de larga duración, que con la excusa de presentar oficialmente su estupendo sexto disco, Tótem, se paseó por gran parte de su discografía con lucidez.
Fue una noche de sorpresas. La primera fue Kramer, quien lo imitó (muy bien por cierto) y sacó risas al recordar algunos temas en la voz de figuras de la tele como Rafael Araneda, Diana Bolocco y Don Francisco. Luego, la gran recepción de los cortes de su último disco, con fanáticos saltando cortes como “Valor” y “Presagio”, como si fueran ya legendarias.
Asimismo, no faltaron los amigos que se pasearon por el escenario: Gepe, Dënver, Sonido Acido, Chini.png, fueron parte de esta imperdible fiesta, que incluyó una reversión de “La Medicina” con Los Tetas actuales (Rulo y C-Funk) y Masquemusica como invitados, además del estreno de “Carne con papas”, uno de los temas que prepara Macedonia, un proyecto de larga data de Pedropiedra con sus fieles partners, Jorge de la Selva y Federico Dannemann, que promete hacerse oír este año.
Otro momento para atesorar de esta larga noche (que se extendió por 31 canciones) fue el especial coro que se creó con 15 entusiastas fans de distintos lados de Chile, para hacer crecer el climax de “Cielo”.
Poco después, casi como regalo para los más pequeños que también llegaron al Coliseo, Pedropiedra interpretó una dramática versión acústica de “Nunca un siete me voy a sacar”, perteneciente a la segunda temporada de 31 Minutos. Nunca había sonado tan triste el lamento de tener que ir al colegio.
Que hayan faltado incluso varios hits en el repertorio (“Occidental”, “Las niñas quieren”, “Lima”) demuestra que el ex CHC ya es un clásico, que cruza generaciones y que está para cosas grandes. Esperemos que no tenga que pasar mucho tiempo para volver a verlo así, en un show como este que merecía, con buen sonido, visuales increíbles y un repertorio que no decae en ningún momento.
