El regreso de Rubio a Santiago: No dejes de latir en la Blondie

Palpita el subsuelo de la Blondie en la antesala al show de Rubio. Sin señal ni aire, solo música que hipnotiza y humedad que se pega a la ropa. Entre el humo reflejado en los píxeles verdosos de la gran pantalla, se pueden ver los rostros de quienes esperaron su regreso.

Rubio, en primer plano, aparece este sábado sobre el escenario de la Blondie a las nueve y cuarto haciendo latir a cada uno de los asistentes con el primer tema de la noche: “Calla”.

Foto: Nicolás Salinas (@elnicosato)

Tras su presentación el día anterior en el Club Segundo piso de Valparaíso, hoy regresa a nosotros en Santiago y nos sumerge rápidamente en su mundo sonoro con el juego de estilos, elementos y perspectivas por el que nos atrae hace años y por el que vinimos aquí.

La vibración de los cuerpos en ajetreo cuando empieza “Lo Que No Hablas”, de sus últimas canciones, manifiesta una nostalgia pero también un recibimiento ansioso y muy esperado, que crece todavía más por la voz de Francisca Straube al dar paso a “Seres Invisibles”, donde el rebote de batería amplifica los gritos y aplausos.

Foto: Nicolás Salinas (@elnicosato)

En minutos el juego de luces, que calza perfecto con la armonía de “Compañera”, transforma la noche en una seguidilla de pálpitos rápidos, que bajan apenas Rubio se sienta y toca el teclado para compartir sus temas más bajos (o lentos).

Llegamos al punto infaltable de todas sus presentaciones en vivo: Rubio se pasea por la tarima a ojos cerrados con un racimo de hojas entregando una inmersión más directa, conectando con el público como solo ella sabe hacerlo.

Foto: Nicolás Salinas (@elnicosato)

La jornada ha sido un viaje inmersivo por sus tres discos: “Pez” (2018), “Mango Negro” (2020) y “Venus & Blue” (2023), que la han posicionado como una de las voces chilenas más interesantes y heterogéneas de la escena siendo difícil encasillarla en un solo género. También nos comparte nuevo material.

Finalmente culmina un show de alto pulso, que gana todavía más emoción por ser el único en Santiago después de tanto tiempo. Una visita express, se podría decir, justo bajo un subsuelo icónico que debe su nombre al grupo de Debbie Harry: Blondie.

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